Cómo reconocer las virtudes y fortalezas de los niños
- apaulinoba
- 19 jul 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 29 sept 2021

Reconocer las virtudes y fortalezas de los niños es importante, ya que estas harán que tengan una buena autoestima. ¿Cómo podemos lograrlo?
Todos tenemos nuestras virtudes y fortalezas y por ende, los niños también. Los padres debemos reconocerlas y potenciarlas adecuadamente, para ayudar a los pequeños a alcanzar sus metas.
Los puntos fuertes y débiles forman parte de nuestra identidad y vienen determinados por la genética y por los factores ambientales. En otras palabras, la educación que recibimos, nuestras experiencias tempranas y el entorno donde crecemos son factores determinantes.
Muchas veces tendemos a centrarnos más en las debilidades y fallos que en las fortalezas del niño. Pero tenemos que hacer lo opuesto, ya que además de ayudarles a enfrentar las dificultades de la vida, haremos que su autoestima se fortalezca. ¿Qué esperamos para empezar?
Cómo reconocer las virtudes y fortalezas de los niños
Las virtudes y fortalezas de los niños no tienen que ver con sus preferencias o gustos. Por más de que el niño se sienta atraído por la música, esta no es su fortaleza. Pero si desarrolla un talento musical, ahí encontraremos una.
Los padres y los maestros debemos ayudar a los niños a reconocer sus fortalezas y evitar centrarnos en sus errores o debilidades. Esta es una manera de mejorar su autoestima y auto-concepto.
En el colegio, este reconocimiento puede influir en la motivación y las ganas de aprender del alumnado. A su vez, puede ser muy útil para establecer grupos de trabajos compatibles e inculcar la importancia de trabajar en equipo.
Probemos alguno de los siguientes ejercicios para lograr este objetivo.
Observar al pequeño
Veamos cómo se relaciona con sus pares y cuál es su forma de actuar. Atendámosle cada vez que nos esté hablando o contando algo que haya pasado. Intentemos observar su reacción ante situaciones problemáticas, cómo socializa o qué soluciones busca para afrontarlas.
Por ejemplo, un niño que no tiene dificultad para hacer amigos, que evita las discusiones y las peleas e incluso media los conflictos que presencia tendrá grandes fortalezas como la inteligencia social, la empatía, el autocontrol y la capacidad para resolver conflictos.
Mirar el juego infantil
El juego de los niños también puede aportarnos datos clave sobre su forma de ser, la forma en la que afronta las distintas situaciones o cómo se percibe a sí mismo y al entorno.
Por ejemplo, si a un niño le gusta pintar y lo hace con frecuencia y constancia, podremos detectar virtudes en él como la creatividad, el poder de imaginación, la paciencia, entre otras.
Involucrar al niño en las tareas de la casa
Esta pauta no sólo es beneficiosa para ayudarlos a desarrollar su autonomía y prepararlos para la vida, sino que también puede darnos pistas acerca de sus fortalezas.
Según la actividad doméstica que se proponga, el niño deberá cumplir distintos requisitos. Algunas actividades implican hacerlo con más precisión, otras requieren concentración, organización o hasta trabajarlas en equipo. Debes observar en qué actividades se destaca el niño y apuntar sus fortalezas.
Analizar sus puntos débiles y darles la vuelta
Puede que en algunas ocasiones nos encontremos con sus defectos y será importante darle un giro a nuestra forma de mirarlos. Tal vez estemos frente a una fortaleza que no hemos sabido ver y apreciar.
Por ejemplo, cuando nuestro niño es excesivamente sensible podemos llegar a pensar no tendrá el coraje suficiente para enfrentar la adversidad. Pero si tomamos esa sensibilidad como una fortaleza, descubriremos otras muy poderosas como la empatía, el sentido de justicia, el respeto hacia los demás y la generosidad.
Lo mismo ocurre cuando nuestro hijo es catalogado de “terco”, debido a su perseverancia y constancia en lo que hace. A pesar de lo negativo de esta etiqueta, sin lugar a dudas, es una enorme virtud y no un defecto.
¿Cómo podemos potenciar sus virtudes y fortalezas?
Ya hemos aprendido a reconocer las fortalezas de nuestros hijos, así que ahora tenemos que saber cómo potenciarlas. A continuación te daremos algunas claves.
Hacerlos conscientes de sus virtudes
Para lograr este objetivo es importante utilizar alabanzas que refuercen su carácter y su personalidad, para que él mismo logre quererse y valorarse tal cual es.
Pero ¡cuidado! Con esto no queremos decir que haya que adularlo todo el tiempo o premiarlo por cada cosa que haga, sino poner énfasis en aquellos aspectos positivos de su carácter que son dignos de sentir orgullo.
Potenciar sus virtudes
Es importante incentivar a nuestro hijo a realizar aquellas actividades que estén en sintonía con sus fortalezas.
Alentarle a que se apoye siempre en sus virtudes
Esto es primordial sobre todo en aquellos momentos en los que se presenten situaciones complicadas.
Cuando nuestro hijo se encuentre ante un problema de difícil solución, nosotros estaremos ahí para recordarle esas virtudes que le permitirán afrontar el conflicto. Podemos usar de ejemplo otras situaciones similares que se hayan resuelto de forma satisfactoria.
Sobre cómo reconocer las virtudes y fortalezas
Ahora que aprendimos a descubrir las virtudes y fortalezas de nuestros hijos es fundamental que los apoyemos de forma incondicional. De esta manera. entenderán que fallar no es lo importante y que lo que realmente importa es ser persistente y constante para alcanzar todas las metas que se propongan.
Debemos recordar que es necesario cambiar el discurso cuando nos referimos a nuestros hijos, ya que esto puede hacer que sus fortalezas se potencien o bien, se apaguen. Es necesario aprender a transformar sus aparentes defectos en virtudes, a pesar de lo que el entorno interprete de ellas.




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